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Historia
Tierra del Fuego - Patagonia - Argentina, 03/05/2024 01:32 hs.   
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  Reseña Histórica  

  Yámanas o Yaganes  

  Haush o Manekenk  

  Onas o Selk'nam  

  Alacalufes o Halakwoolip  


  Onas o Selk'nam  

La relación del marido con su mujer era muy celosa. La esposa no era una esclava, pero tenía posición netamente subordinada en lo económico y lo social. Si el cónyuge la maltrataba y la mujer huía, podía ser obligada a volver, usando incluso violencias físicas. La poligamia estaba permitida, aunque no era costumbre dominante; lo más común era no tener más de dos mujeres. Muchas veces surgía porque la esposa pedía tener ayuda en sus tareas domésticas, siendo en tal caso frecuente que se convocara a su hermana menor; otras veces nacía de la obligación social de proteger a la mujer del hermano si quedaba viuda.

Era habitual que las personas de edad fueran respetadas; a veces quedaban solitarios por la dificultad de desplazarse y seguir al grupo, pero en tal caso recibían ayuda. Las enfermedades eran atribuidas a brujerías, no se las consideraba naturales. Cuando alguien moría, sus deudos gemían, lloraban, se rasguñaban torso y miembros, se tonsuraban y se pintaban el rostro; sin embargo, las descripciones no sugieren que las manifestaciones de dolor hayan sido tan aparatosas como entre los yámanas. El cadáver era envuelto en su manto y atado a palos rectos; luego era inhumado en campo abierto o al pie de rocas. Al cadáver no se lo acompañaba con ajuar funerario alguno y se borraban las señales exteriores que delataran el lugar de la sepultura. Luego del entierro, los bienes del difunto eran destruidos -incluida la choza- pero no se mataban los perros. No está clara la razón de esta selección, pero tampoco está claro si existía propiedad personal sobre los perros. El nombre del muerto no debía ser pronunciado y se evitaba pasar por el lugar de la sepultura hasta que se hubiera perdido memoria de su existencia. Había asimismo reuniones de lamentación.

Las familias vivían en forma independiente, aunque solían reunirse en ocasión de varamientos de ballenas, cacerías colectivas, celebración de un hain, competencias deportivas o fallecimiento de alguna persona renombrada. Había también reuniones no periódicas de intercambio de bienes y sociabilidad. Por lo tanto, no eran infrecuentes las agrupaciones plurifamiliares.

Por encima de las familias, los selk'nam y los haush pertenecían a linajes patrilineales y patrilocales que compartían comunitariamente la posesión de un territorio específico. Los límites estaban fijados en piedras, montículos, cursos de agua, colinas, etc.; se suponía que debían ser respetados generación tras generación, pero podían sufrir modificaciones por conquista o por extinción de algún linaje. A través de esos territorios o "haruwen" los linajes se vinculaban con determinados personajes míticos que los habían recibido en el origen de los tiempos, pero no se consideraba que descendieran de ellos. Es incorrecto llamar "bandas" o "clanes" a esos linajes.

Los linajes no tenían jefatura definida. Las familias integrantes de cada linaje se movían y actuaban en forma independiente, pero tenían derecho compartido a la totalidad de bienes y animales de caza existentes en el respectivo territorio. Ingresar a un territorio ajeno sin contar con previo permiso no era permitido; intentarlo sin ese requisito podía dar lugar a sangrienta represión. Inclusive la penetración de un perro perteneciente a otro linaje podía dar lugar a represalias, debido a la posibilidad de que espantara la caza. Si en el territorio propio la subsistencia se había hecho difícil, se podía solicitar autorización para pasar a otro, pero ello obligaba a retribución con obsequios inmediatos y promesas de futura reciprocidad. Como el matrimonio era exógamo, la esposa solía provenir de otro linaje y esto generaba relaciones de parentesco que amortiguaban los conflictos. Sin embargo, la hostilidad era muy frecuente.

Homicidios, violaciones de límites, agravios al honor, rapto de mujeres y simples intrigas eran causas habituales de mortíferas riñas colectivas.

Los xo'on eran una mezcla de hechiceros, chamanes y curanderos. Se les atribuía poder sobre el clima, la caza y la guerra, restablecían la salud afectada por brujerías ajenas y hacían presagios. Eran temidos porque creían que podían matar con sus poderes. Se preparaban para actuar mediante una especie de autohipnosis. Efectuaban cantos y manipulaciones y se suponía que se servían de diversas fuerzas inmateriales.

Los selk'nam creían en la existencia de espíritus de los bosques, las montañas, los lagos, los animales y los hechiceros ya muertos. Aceptaban que los seres humanos tenían un ánima (que llamaban kashpi) y que había una vida post-mortem detrás de las estrellas, pero los muertos no tenían ulterior contacto con los vivos a menos que se tratara del espíritu de algún xo'on.

Contaban con cantidad de mitos, asociados a cada uno de los cuatro cielos en que dividían el espacio. Había mitos tanto explicativos del mundo y sus particularidades como seudohistóricos, recreativos, etc. En esos mitos los personajes principales eran: Kenosh, Kuanyip, el Sol y la Luna. El primero era el más antiguo de todos los antepasados y se había encargado de organizar el mundo en que vivían los selk'nam, de modo que estos pudieran aprovecharlo. Kuanyip era un héroe dual que podía ser tanto benefactor como antipático y egoísta. El ser más peligroso y maligno, capaz de cometer verdaderas atrocidades era la Luna, a la que consideraban femenina.

El hain era la ceremonia más importante de los selk'nam. Durante su desarrollo se cumplían roles tanto de capacitación (pues era el momento en que se trasmitía el conocimiento de mitos fundacionales de gran riqueza simbólica a los candidatos) como de evaluación (pues se los examinaba en lo referente a las capacidades desarrolladas para enfrentar las tareas propias de la vida adulta). Como parte del examen para ser reconocidos como adultos y cazadores, los candidatos debían soportar exigencias que demostraran dominio sobre sí mismos. Cacerías solitarias, limitación de los movimientos permitidos, de la expresión, del sueño, alimentación escasa eran las más frecuentes. Se les exhortaba a corregir su carácter. Pero lo más importante era la iniciación e ingreso de los varones a una cofradía masculina encargada de mantener la sumisión de las mujeres, sobre lo que se basaba la estructura social selk'nam. Se les narraba el mito fundacional: antiguamente la superioridad social estaba en manos de las mujeres, capitaneadas por la Luna, que disfrazándose de espíritus hacían creer a los varones que éstos las respaldaban. El Sol descubrió el engaño, los varones dieron muerte a todas las mujeres adultas y decidieron aplicar en provecho propio la simulación. La Luna, escapó de la masacre huyendo al cielo, donde sigue siendo perseguida por el Sol. La iniciación de los adolescentes incluía la revelación de que los espíritus no eran sino hombres disfrazados. Los varones cuidaban de no ser descubiertos: con máscaras de cuero de guanaco o de corteza y con otros elementos lograban desfigurar bastante exitosamente la condición humana de los actores y atemorizaban a las mujeres con apariciones de espíritus, cuyas personalidades y figuraciones eran muy definidas. Se suponía que algunos provenían de las profundidades de la tierra y otros del cielo.

La ceremonia se realizaba en una choza especial de gran tamaño, también llamada hain, pero incluía diversas actividades exteriores. El acceso a esa choza estaba absolutamente vedado a las mujeres, incluso su acercamiento excesivo podía ser reprimido con violencia física. Que un varón revelara a las mujeres lo que ocurría en su interior podía ser castigado con la muerte, tanto del infractor como de la mujer que hubiese tenido acceso a tal secreto. Al parecer, las mujeres espectadoras creían en la real presencia de los espíritus; según Lucas Bridges, se enteraron de la simulación sólo cuando la desintegración étnica estaba ya muy avanzada.

Había también danzas destinadas al esparcimiento de ambos sexos.

Al terminar la ceremonia, se entregaba a los adolescentes la tiara de cuero de guanaco y se los consideraba adultos.

Hoy la cultura y el estilo de vida tradicionales selk'nam han desaparecido. No hay quien tenga el selk'nam como lengua madre. Esta desaparición es una triste historia plagada de asesinatos, secuestros, desarraigos, etc.

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